Si bien el arte es una forma de manifestar sentimientos o disconformidades sociales, parece contradictorio que se acoja una celebración cristiana que se remonta a la época del oscurantismo para conmemorar a todas las y los músicos.
El 22 de noviembre se celebra el día internacional del músico para festejar a todas aquellas personas que de alguna forma se relacionan con esta rama del arte. Pero esta “gala” es una memoria, por parte de la iglesia católica, a la muerte de Santa Cecilia de Roma que es considerada mártir y patrona de las y los músicos.
Lo poco que se sabe de Cecilia de Roma es que era allegada a la iglesia católica entre el 180 y el 230 de nuestra era. Murió después de ser torturada por su conversión al cristianismo. Pero es hasta muchos siglos después, casi por terminar la edad media, que la Iglesia católica acogiendo la misma postura por la cual fue asesinada santa Cecilia, decideidolatrarla y hacer celebraciones a través de su nombre para aplacar las crecientes manifestaciones socioculturales que mostraban gran reticencia hacia las imposiciones de esta institución.
Hablamos de una etapa histórica en la que si los artistas manifestaban sus opiniones respecto al sometimiento social que perpetraba la iglesia católica, eran torturados y quemados, acusados de herejía o brujería por la Santa inquisición.
Es preciso destacar que el arte es una forma de embellecer la cotidianidad y denunciar, a manera de testimonio, diversos aconteceres negativos para la humanidad, Entonces resulta contraproducente que el Estado, que instituciones y la sociedad en general, felicite a las y los músicos en un día de resignación que nada más muestra el doble racero histórico de la iglesia católica, que promueve la paz, pero que a la vez está directamente vinculada a los crímenes más atroces y a las etapas más decadentes de nuestra historia.
Entonces artistita y labrador de la música ¿Qué tenemos que celebrar?
Andrés Somarriba Palma.