Tras una entrevista para el programa de televisión “The Big Interview” de AXS TV, el cantante de KISS, Paul Stanley habló sobre su motivo para llegar hacia la fama, y como ha cambiado su vida personal a los largos de los años.
En la entrevista con el periodista Dan Rather, dijo lo siguiente:
“Quería ser famoso para compensar mis inseguridades. Nací sordo en mi lado derecho, y tuve un defecto de nacimiento. Tenía lo que se llama microtia, que básicamente es tener una masa de cartílago arrugada en vez de una oreja. Y no era muy aceptado socialmente”.
“Cuando tienes algo físico que te diferencia de las personas, te hace ser el objetivo de un escrutinio implacable y, a veces, de ridiculizar. Y honestamente, para mí, la idea de llegar a ser famoso fue una forma de golpear en la cara a la gente. ‘¿Lo ves? Deberías haber sido más amable conmigo’”.
“Tuve la suerte de que me viniera el éxito y me di cuenta de que no había cambiado nada. Así que fui bendecido, porque en ese momento de tu vida, cuando te vuelves famoso, es una decepción porque no es un remedio, y o te metes una aguja en el brazo, una pistola en la boca o vives la vida como víctima. Y no estoy hecho para eso”.
“Así que decidí que iba a dedicar mi vida o mi tiempo a la autoexploración y a tratar de convertirme en una mejor persona y ver a dónde me llevará eso. Tuve la suerte de ser parte de una idea para convertirnos en la banda que nunca vimos, y eso me llevó al camino en el que sigo hoy. ¿A dónde me llevará? solo Dios lo sabe”.
¿Quién se iba a imaginar que el grandioso Paul Stanley tendría este secreto oculto acerca de su inseguridad a raíz de un deforme físico? Al menos yo no me lo habría imaginado.
Suele pasar que cuando admiramos mucho a algún artista, creemos en algún momento de nuestra vida que ellos son como alguna clase de dioses, creemos que son tan distintos a nosotros, que no tienen problemas, que se las pasan de maravillas, pero no nos damos cuenta que ellos viven sus propios infiernos al igual que todos, y muchas veces todos esos problemas les causan inseguridades, frustración, depresión e inclusive el suicidio.
¡Las inseguridades son tan normales, lo que no es normal es encontrar la manera de lograr que no nos afecten!
Por: Itza Bass